domingo, 5 de abril de 2009

Un León con alas

León Gieco estrenó, a fines de marzo, su primera película como director. Se trata de “Mundo Alas”, que registra la gira por diferentes provincias de un grupo de jóvenes artistas con capacidades diferentes que comparten escenario con el autor de temas emblemáticos del cancionero popular. Algunos de ellos, también, participaron junto a él del Festival de la Canción Social que se realizó, el pasado 24 de marzo, en el predio donde funcionaba la ESMA, en repudio al Golpe militar. Aquí, las palabras de León, sus amigos y una breve crónica de uno de esos días difíciles de olvidar.

Por Luis Zarranz
Del otro lado de la puerta, León Gieco está conversando con los artistas que son parte de “Mundo Alas”, minutos antes de salir al escenario. De este lado, más de quince mil personas aguardan la presentación en el lugar más representativo del horror de la última dictadura militar: el predio donde funcionaba la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
Es 24 de marzo, se cumplen 33 años del golpe cívico-militar y la Asociación Madres de Plaza de Mayo decidió recordarlo y repudiarlo a través del Primer Festival de la Canción Social, llevado a cabo en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi), que Ellas han convertido en un espacio de sueños compartidos. Se trata de un ámbito donde, aunque resulte increíble, la vida venció a la muerte: tan extraordinario como esas Madres paridas por sus Hijos.
Aquí, dentro del predio de lo que fue la ESMA en el sector donde funcionaba el Liceo Militar, puede verse, casi que en un abrir y cerrar de ojos, la titánica lucha emprendida, que  posibilita que el espacio antes gobernado por los enemigos, esté ahora poblado por artistas, jóvenes, adultos, banderas, puños apretados, utopías frescas…
Allí, en una de las aulas del ECuNHi improvisadas de camarín, León Gieco está ultimando los detalles de lo que será su show con los integrantes de su nuevo proyecto: “Mundo Alas”. Se trata de una película de nombre homónimo, estrenada en marzo, pero que también incluye un disco, el libro “Cuento con Alas” de las músicoterapeutas Patricia Knopf y Silvina Mansilla, un libro de fotos, la serie de televisión “Una Gira Diferente” que se emitirá por el canal Encuentro y la gira 2009 que realizará “Mundo Alas” por toda la Argentina.
Los protagonistas de semejante propuesta son un grupo de artistas (músicos, cantantes, bailarines, pintores) con capacidades diferentes que expresan y comunican su mirada del mundo: aquello que les preocupa, que los anima, que los inspira, en un show que combina música, danza y pintura. La película es lo que suele denominarse como “road movie”: el viaje de este grupo de personas, que muestran su arte junto a la experiencia de León, a lo largo de una gira por diferentes provincias argentinas.

Desde este lado de la puerta, donde espero la autorización para conversar unos minutos con ellos antes de que salgan a dar el show, alcanzo a ver una escena absolutamente distinta a lo que uno se imagina que un artista (en este caso, varios) hace antes de subir al escenario.
No se ven nervios. Hay risas.
Se ven sándwiches, que desaparecen velozmente.
Lo veo a Damián Frontera en su silla de ruedas, ensayando alguna coreografía.
No hay histeria, no hay prisa, no hay corridas, no hay vedettismos.
Mientras me otorgan el privilegio de ingresar unos minutos registro, a través de la palma de mi mano sudorosa, todo lo que me genera estar frente al que es no sólo uno de los más grandes músicos y artistas del continente, sino también el hombre que es todo coherencia, todo compromiso: cualidades, ambas, en vías de extinción en la inmensa mayoría de los mortales.
Sus primeras palabras, incluso antes de que nos saludemos, son éstas: “Quiero que hables también con mis invitados, ellos son mi banda, viste”. Un golpe mortal, una definición certera contra el estrellato.
No tenemos mucho tiempo, nos dicen, mientras se filtra la voz que proviene de los parlantes, que ya lo anuncia a él y a sus amigos.
Entonces el León comienza a rugir las palabras que lleva adentro.

-¿Qué significa tocar en una fecha como ésta, en un lugar cómo éste?
-Creo que vale la pena vivir para ver esta lucha. Este desembarco de las Madres acá me parece que es representativo de lo que es su lucha: un ejemplo mundial de lucha.
Luego, se entremete con la impunidad: “La pirámide de leyes se va a tener que desmoronar en algún momento porque no alcanza para hacer justicia en este país. No puedo creer que la justicia sea tan endeble que 33 años después haya militares que no han sido enjuiciados. Pero también hay que pensar que en otros lados del mundo, como España, lo tomaron como una guerra y taparon todo”. “Sea como sea –agrega- con esa pirámide endeble de leyes que se prenden y se van agarrando entre ellas a veces no sirve. Por eso la gente, a nivel popular, pide justicia por mano propia porque las leyes son terribles, porque las hacen los hombres y los hombres pifian permanentemente”, afirma.
De ahí a tomar partido en lo que los medios y algunas figuras mediáticas impusieron como debate (“el que mata tiene que morir”), hay un segundo: “Eso es una irresponsabilidad total porque todos los países que tienen pena de muerte son los países más violentos del mundo:  no soluciona nada. Nadie sabe qué es la pena de muerte porque de cinco millones de enjuiciados de pronto hay dos que la reciben. La gente que habló en realidad habló de justicia con tus propias manos, es un ojo por ojo, diente por diente, es terrorífico, es una irresponsabilidad total. Me permitiría decir que para la solución de la inseguridad, hay que hablar de trabajo, hay que hablar de justicia, hay que hablar de cultura, hay que hablar de educación, de salud”, argumenta con notable sentido común. “Hay que hablar de eso, flaco, qué pena de muerte, están locos…”, dice ya sin tapujos.

-¿Y cómo es ese “Mundo Alas” que propones en esta película en la que sos director, León?
-“Mundo Alas” es una especie de bálsamo dentro de la realidad nacional. Es como ir al psicólogo, es olvidarte durante una hora y media de quién sos vos. Es tan fuerte lo que pasa ahí, en esa película, que lográs ser un integrante más de “Mundo Alas”, que descansas durante una hora y media de la inseguridad, de la pena de muerte, de las rutas cortadas por los del ‘campo’, te olvidas de quién sos, te saca de lo cotidiano. La gente sale muy conmocionada y lo ve como algo muy original

Cuando uno quiere meterse en los orígenes de este proyecto, en los entretelones de su rol de director, León se corre de escena para darles lugar a los que juzga son los protagonistas de ese mundo alado. “Los que hicieron esto, fueron ellos, los artistas que trabajan en la película. Ellos fueron los que elaboraron y edificaron este ‘Mundo Alas’. Magoya Films (la productora) y León Gieco, que es un tipo conocido, pusimos los hierros del puente para que estos artísticas crucen y logren radicarse en un lugar privilegiado que es una película, un libro, un disco (en el caso de los cantantes) y una serie de actuaciones que vamos a hacer durante este año”.
Uno entiende que debe dejar de lado la admiración y el entusiasmo que le provoca la conversación con León para dialogar, en el poco tiempo que tenemos, con los que conforman ese mundo mágico registrado en la película. Demián Frontera es uno de ellos.
Es bailarín e integrante del Grupo ALMA, que promueve el Proyecto de Danza Integradora. Ha realizado decenas de presentaciones en la Argentina y el exterior. De familia de deportistas, desde muy chico se especializó en gimnasia deportiva. A los 14 años, durante un entrenamiento, sufrió un accidente que lo dejó sin movilidad del pecho para abajo. Luego de años de rehabilitación, volvió al deporte y llegó a representar a nuestro país en natación. Ahora, baila arriba del escenario distintos temas del repertorio Gieco.
“Para mí ‘Mundo Alas’ es una celebración: es el corolario a doce años de trayectoria, es lo mejor de mi carrera artística, es más estar en paz con la vida. Que ustedes vean que bailo significa que antes hubo años de rehabilitación, de dolor, de tristeza, de introspección y ahora me parece que aflora ese dolor y del dolor nacen las alegrías”.
Las palabras salen de su boca y antes de entrar al grabador dan una vuelta por este “camarín” que en otras épocas supo, como pocos lugares, qué es eso del dolor.

-¿Y qué significa León para vos?
-León es marca registrada de humanidad. Lo demás, ya lo sabemos: es un tipo coherente, sensible, sencillo, respetuoso, responsable. Algo muy lindo que tiene León, es que todavía no perdió la capacidad de asombro y no es prejuicioso.

Damián resume en pocas palabras los atributos que gran parte de la sociedad reconoce en la figura de Gieco Desde afuera, donde está montado el escenario, alcanzan a escucharse las palabras mágicas que nos indican que se acabó el tiempo: “Con nosotros, León Gieeecoooo”.
León encabeza la fila mientras prueba por última vez una de sus armónicas. Damián y Alejandro Davio, compositor y excelente interprete de los temas de León, van detrás suyo en la fila que encara el escenario, en medio de cientos de aplausos que se multiplican y que evocan la salida al campo de juego del equipo de tus amores.
La imagen es antológica. León en el escenario y abajo, las Madres y quince mil personas que gritan por él y por los 30.000 que también están presentes.
“La colina de la vida”, en voces de León y Alejandro, marca el inicio de un show que difícilmente se nos escape del recuerdo. Alejandro, que nació con hidrocefalia congénita y fue sometido a 17 operaciones en el Hospital Garrahan, capta las miradas no sólo por su encomiable esfuerzo superador, sino por el carisma que emite desde el escenario. “Sigamos luchando”, grita, y la emoción grita dentro de cada uno de los presentes.
León toca, cuenta anécdotas de sus comienzos, habla de Charly, de Santaolalla, de aquellos viejos tiempos, presenta a sus amigos y luego cede el escenario a los amigos de Arbolito, para aguardar el cierre del Festival que ofrecen ambos: cinco temas del autor de “Sólo le pido a Dios” que la banda de folclore y rock, y el propio Gieco, interpretan como si tocaran juntos desde siempre.
Previo a eso veo otra imagen made in León: Arbolito haciendo saltar y bailar cada parte de nuestro cuerpo, y sobre uno de los laterales del escenario el juglar de Santa Fe los está aplaudiendo y escuchando atentamente. Otro golpe a la mandíbula para aquellos que tienen aire de estrellas.
El cierre es, se dijo, uno de esos momentos de absoluta intensidad que se prenden en la retina. No hay tiempo para mucho más, salvo para que Pedro Borgobello, que toca la clarineta y la quena en Arbolito, mande saludos a todos los integrantes de esta revista y que exprese lo importante que es tocar en este lugar y junto a León, uno de sus referentes.
¿Cuál fue el final? Ninguno.
Este tipo de actividades, dentro de uno, jamás terminan. Y mucho menos cuando el universo León ya desplegó sus alas para que podamos volar hacia ese otro mundo posible y urgente, que existe mucho más allá de la película.
Hoy pudimos verlo.
Haremos lo imposible para que mañana, y todos los días, siga en cartel.

(Publicada en la revista "Al Margen", Bariloche, Río Negro, abril-mayo 2009) 

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