miércoles, 5 de marzo de 2014

La creatividad al poder

ADHEMAR BIANCHI Y RICARDO TALENTO

Son los padres del teatro comunitario. Uno es el director del Grupo Catalinas Sur, el que nació sobre el fin de la dictadura. Otro dirige el Circuito Cultural Barracas, parido en 1996, en plena sobredosis menemista.

Teatro de y para vecinos. En la práctica significa fusionar los conceptos de comunidad, arte, identidad, celebración, autogestión y juego como una unidad teatral. Sin embargo, lo que hace más interesante aún al teatro comunitario es la generosidad fundacional con la que creció: durante los días aciagos del 2001, Adhemar Bianchi y Ricardo Talento salieron juntos por los barrios a propalar el encuentro de vecinos a través del arte. Así, hoy existen casi 50 grupos de teatro comunitario en todo el país, unidos a través de la Red de Teatro Comunitario, de la que también fueron impulsores.
Con ustedes, los reyes más plebeyos de la cultura teatral.

EL PARADIGMA
Talento: En la práctica hemos ido conceptualizando sobre lo hecho y podríamos decir que el teatro comunitario recuperó la esencia del teatro: esta ceremonia del ser humano que necesita de otros para que se produzca el hecho celebrativo.
Bianchi: Treinta años atrás, cuando salíamos de la dictadura, teníamos como propósito recuperar la red social, el espacio público. Ese paradigma se fue consolidando y mutando y, básicamente, lo que se instaló con fuerza es pensar el lugar donde uno vive como un espacio creativo y no como el lugar a donde uno duerme. Eso es transformador porque el mercado te pone el cine y todo en el shopping, lejos de los barrios. Hay una tensión: la comunidad resiste los mandatos del mercado, que pretende arrasar con todo: las costumbres, la cultura; te segmenta.
Talento: La práctica ha generado cuestiones inéditas. Una es lo intergeneracional: chicos recién nacidos, jóvenes y viejos compartiendo el mismo espacio. No hay otros lugares donde ocurra eso. Hay diversidad de profesiones, de trabajos, de sectores sociales y lo interesante es que si vos ves un espectáculo no decís: “Ése es ingeniero, esa limpia casas”. No te penetran en estamentos los roles sociales: se mezclan. A mí me sorprende lo que pasa con los chicos. En todos los grupos hay muchos chicos, los hijos de los vecinos, y adquieren una socialización distinta: empiezan a relacionarse con un adulto que no es su padre, su maestro o su tutor y comienzan a confiar en la comunidad. Además, cuestionan parámetros estéticos que pone el mercado, que después trasladan a un programa televisivo, a cosas de la escuela: empiezan a tener una mirada que uno ni se había propuesto sembrar.
Bianchi: Los pibes empiezan a sentirse incluidos en algo colectivo con los adultos. Ahora la palabra inclusión está de moda y nadie sabe muy bien de qué está hablando. Muchos dicen: “Que los chicos tengan derecho a la arte”. Es una generalidad: acá tienen derecho a crear. Otro de los paradigmas que planteamos es que crear es un aprendizaje para otras cosas porque en una obra de teatro pensas qué queres decir, cómo haces la producción. La construcción de eso implica un trabajo colectivo de un montón de gente: lo opuesto del mercado, al triunfo personal.
Talento: Creatividad significa cómo puede imaginarse uno de otra manera, cómo puede modificar el entorno y puede construir política. Estás desarrollando prácticas a nivel comunitario, de construcción política, partiendo de la posibilidad de imaginar de otra manera. Y ejercerla, además, porque no es que lo decís teóricamente y después te vas a tu casa solo. No, lo estás ejerciendo todo el día en la práctica, con otros.
Bianchi: Vivimos en una sociedad donde lo principal es triunfar a nivel personal. Entonces, lograr un lugar donde pueda juntarse con otros es importantísimo: la clave de la igualdad. Pero, además, se trata de un espacio de pertenencia a donde se va a crear. El vecino puede ir con su hijo o con su madre y no se trata de los tallercitos que puede hacer el Estado para el tiempo libre, sino de un lugar donde va a producir algo creativo. No es la producción del trabajo formal, peor es producción. El hecho de que sean espacios para crear y producir en conjunto, con otros, es un cambio fundamental para el vecino y para la red social. Otra cosa interesante es el vecino que ve a otros vecinos creando y dice: “Pará, si ésta es la del 4°A”. Ensancha el mundo de lo posible. Antes existía la vida en los barrios: los clubes de futbol tenían sus grupos filodramáticos, los partidos políticos tenían inserción. Ahora qué ves una unidad básica o un comité: un puntero sentado hablando por teléfono. Como espacio de pertenencia están muertos. Los clubes de futbol se convirtieron en empresas, a todo nivel. Quedan los centros de jubilados, que son una cuestión argentina porque no existen en otros países, y funcionan porque los viejos tienen tiempo y se juntan.

LA COMUNICACIÓN
Talento: En los espectáculos que hacemos hay una necesidad colectiva de contar algo, de compartir algo. Luego surge todo lo demás. Hay una empatía con el espectador, que siente que no es excluido, que lo invitamos a una fiesta y no lo dejamos afuera.
Bianchi: Las obras interpretan el lugar y el momento histórico en el que están, las claves de la época.
Talento: Eso hace que sean tan efectivas, que actuemos a sala llena todos los fines de semana, que los grupos creados no se hayan desintegrado con el paso del tiempo.
Bianchi: La comunicación que hacen los grandes medios es vertical. Acá es al revés: surge de la necesidad de interpretar al receptor, que es el pueblo, la cosa se invierte. Lo comunitario es una práctica de resistencia en la cual, en instancias finales, parte del asunto pasa por interpretar qué está pasando.
Talento: Ojo: también se corre el riesgo de armar islas: creernos los esclarecidos. No. Tenemos las virtudes y defectos que tiene nuestra sociedad en el momento que se está viviendo. Y ésa es una fortaleza porque si no, vivís en una comunidad cerrada. Acá entran y salen vecinos. Y eso, después de un tiempo, lo pudimos ver como una fortaleza. Descubrimos que esa movilidad define a la comunidad.

QUÉ SERÍA DE NOSOTROS
Talento: Que las obras de casi todos los grupos tengan muy buena calidad artística rompe las estructuras porque cuando la gente viene, dice: “Ah, mierda, esto es bueno”. Si uno hiciese las cosas así nomás sería ir en contra de lo que creemos ideológicamente
Bianchi: Hay una cosa que es importante resaltar: la necesidad. Porque vos no armás un hospital sino tenés médicos, entonces tampoco podés armar un grupo de teatro comunitario sino tenés gente formada para compartir la experiencia. Talento: Esa famosa individualidad en el colectivo no se pierde: se potencia. Bianchi: Lo que uno hace, como director de los grupos, es crear un marco. Lo que llena ese marco es la creatividad de la gente y el rol de uno es organizar la creatividad.
Talento: ¿Te imaginas un chico que ve a su padre maquillándose, jugando, actuando, riéndose con el otro? Por la cabeza le debe pasar otro mundo porque no tiene dónde ver a sus padres en una situación así: que se ponga otra ropa, se vista, arme un personaje y ese hijo arme un personaje también, se maquilla y actúa con el padre. Eso no se lo sacás más de la cabeza
Bianchi: Hay una pelea con el mundo de los artistas, que se resisten. No toleran que cualquiera pueda ser actor; que no es cualquiera en realidad: es el que lo elige. Hay un montón de actores profesionales que sienten que son distintos y resulta que ahora la tía actúa
Talento: Y a sala llena, con funciones toda la semana.
Bianchi: Hay una anécdota. Una vez Miguel Ángel Solá, que es un tipo bárbaro, vino a ver una obra y al final se le acerca a felicitar a una vecina/actriz de 85 años. Y ella le dijo: “Ay, gracias, pero qué sería de nosotros los artistas sin ustedes, el público”. Y Solá se cagó de risa.

¿Y SI FALTA UNO?
Talento: Cuando se habla de horizontalidad, liderazgo, producción colectiva se arma un matete en el que parece que todo vale, que todo es asamblea. Nosotros usamos el término “aportes colectivos”. Después está el equipo de dramaturgia y el director para hacer sus aportes para que las obras no sean un Frankenstein, un pastiche. Lo interesante es que hay mucho aporte colectivo y no solo teórico: corporal, de propuestas. Una de las cualidades es que podemos ver el proceso de cada uno y que debemos incluir a todos. Tenés 70 personas, no podés decir: “No, esta obra es para 30 actores. Cuando se muera alguno, vení”. Todo esto crea una dinámica única: trabajar con elencos numerosos, calcular que puede haber ausencias. En esos casos, ni siquiera hablamos de reemplazos sino de versiones sobre un mismo personaje. Y el vecino lo toma bárbaro porque sabe que si no puede venir, está otro vecino para hacer ese personaje, con su impronta.
Bianchi: Cuando ven a otro trabajar, en vez de mirarlo como competencia se plantea como apertura.

LA REGLA ROTA
Bianchi: Sin falsas humildades creo que ha sido muy bueno que los más viejos en esto, que somos nosotros, hayamos demostrado que se puede romper una regla del mundo teatral: la competencia. Nosotros dirigimos juntos, separados, trabajamos en conjunto y eso ha creado una forma de trabajo donde la redes, con sus conflictos naturales, funcionan. La red ha permitido crecer no sólo hacia afuera sino hacia adentro: un grupo ayuda a otro. Antes éramos nosotros dos, pero ahora se ha multiplicado. Y hemos logrado un concepto de red que camina, con los grupos del país y también con los de Latinoamérica.
Talento: Cuando uno habla de red tiende a pensarla como un cuerpo humano, un sistema con centros. Como si fuera una telaraña con un centro, una autoridad, pero las redes pueden ser de cualquier manera. Lo que sí hay que estar atento a la emisión de señales. Nosotros ahora estamos acá, charlando. En 9 de Julio ahora están ensayando, en Parque Patricios, en La Plata también. Si vos visualizás eso, ves que todo está en movimiento: eso es la red, los lazos sin un centro. En cambio, si lo mirás desde un lugar central, como no hay interacción con el núcleo pareciese que no pasara nada.

MENEMISMO EXPLÍCITO
Talento: Antes de la autogestión está el tema de la independencia con la que nacieron los grupos: no hubo un proyecto del Estado. Eso da una impronta, es una piedra fundacional que se mantiene. De ahí surge la autogestión, de la más mínima –juntar plata o hacer fiestas– a haber aprendido a gestionar recursos, asociarte con otros grupos, formar a nuestra gente, aprender a armar un proyecto o cómo rendirlo. La autogestión contribuye a tu empoderamiento. Nuestra comunidad entendió que la cosa pasaba por lo cultural, la religación social. La única forma era juntarse de vuelta con los vecinos. Es interesante pensar que Catalinas nació con el fin de la dictadura, el Circuito Barracas en pleno menemismo, el peor momento del individualismo. E evidentemente era necesario porque la gente empezó a venir: en Barracas no había nada que tuviera que ver con lo cultural. La mayoría de los grupos surgen tras la crisis del 2001 y los que surgen ahora lo hacen porque hay una intencionalidad comunitaria de construcción.
Bianchi: La autogestión tiene que ver también con que conocemos los territorios y las necesidades. Parte de la autogestión es saber qué es lo que pasa. El Estado debería comprender eso para asociarse a la comunidad. Pero no terminan de entenderla y el presupuesto cultural sigue siendo todo para el Colon, cuando podría ser más equitativo. Todavía no está visualizada la necesidad de potenciar esto. El Estado recién lo está viendo. Lo comunitario tiene muchas implicancias porque, por ejemplo, al ocupar el espacio público genera seguridad. Es más seguro un circuito cultural vivo que poner policías. Cuando vamos a buscar financiamiento del Estado no vamos con la carpetita a decir: “Mirá quiero hacer un proyecto”. No, el proyecto se está haciendo y lo tenés que apoyar por esto, esto y esto, aunque ni siquiera de esa manera siempre lo apoyan. Pero los principales recursos con los que contamos son entusiasmo y ganas, que son los que hacen que después consigas otros recursos. Y se crece. Lo importante es intentar e intentar. ¿Qué necesito para empezar? Cantidad de fracasos.

LOS TRES RENGOS
Talento: Una de las dificultades troncales sigue siendo el dinero, porque estos proyectos han crecido siempre al borde de la quiebra, en el día a día. Nuestros propios equipos se van empobreciendo porque formamos gente que no podemos absorber, que podrían estar de coordinadores, de profesores, Ésa es la discusión que tenemos con el Estado: alguna vez por todas apoyen en serio. Siempre te dan un poquitito y continuamente nos hacen disfrazar de otras cosas, porque sacan un subsidio, por ejemplo, para “jóvenes en situación vulnerable”. Entonces, miramos y decimos: “Sí, tenemos”. O “que haya tres rengos”. Tres rengos, tenemos. Entonces vas respondiendo de esa manera para poder subsistir. Ninguno de los grupos tiene un subsidio anual por lo que estás haciendo. No tendría que ser así porque generamos productos exitosos. Tenemos un gran porcentaje de recursos propios (amigos y socios, éxito de taquilla), pero estos grupos no tendrían que estar basados en el éxito de taquilla
Bianchi: Es un peligro.
Talento: Te encorseta a hacer un espectáculo cuando tal vez el vecino quiere hacer otro. Esto no es teatro comercial. Si yo lleno la sala no puedo hacer cuatro funciones semanales porque estaría explotando al vecino.

Bianchi: No se puede quedar preso ni de la taquilla ni de las oenegé. Si mañana deciden cambiar de proyecto y retirar el subsidio y vos basaste todo en eso, chau. Así se fueron a la mierda el 90% de los proyectos chilenos después de la dictadura. En América Latina se está logrando influir sobre las políticas públicas a partir de los “Puntos de Cultura” impulsados por Gilberto Gil, en Brasil, cuando fue ministro. Eso significa que el Estado comienza a asociarse con la comunidad para resistir al mercado. Es un ejemplo, un camino a seguir. Se debe entender que la cultura y el arte son parte de los derechos del ciudadano. No son un accesorio. El lío es que muchos, incluso en buena parte de la izquierda, los consideran una herramienta. Y no lo es: es mucho más. El arte es transformador en sí mismo. 

(Publicada en la revista MU, marzo 2014)

La Red de periodistas por una comunicación igualitaria

Red PAR

Por Luis Zarranz
Las cuestiones de género son recurrentes en las noticias de los medios de comunicación. Sin embargo, muchas veces su tratamiento no es apropiado y se estigmatiza e invisibiliza más de lo que se informa.
Ésa fue una de las razones por la que periodistas que trabajaban la temática comenzaron a compartir sus inquietudes, sus preocupaciones y esfuerzos: colectivamente tenían más posibilidades de incidir en el contenido de lo que publicaban los medios en los que se desempeñaban, y en otrxs colegas.
Ésa es la génesis de la Red PAR (Periodistas de Argentina en Red) por una Comunicación no sexista, en la que participan casi ciento cincuenta periodistas – varones y mujeres– de distintos lugares del país, intercambiando información, generando acciones mediáticas y políticas, brindando capacitación en medios y escuelas de formación, entre otras diversas actividades.
En la cotidianidad, la Red funciona de manera virtual, a través de correos electrónicos. En ella, sus miembros se llaman entre sí como “pares”, término que encierra en sí mismo un concepto valorativo de cada colega.
Según se detalla en el “Decálogo para el tratamiento periodístico de la violencia contra las mujeres”, que PAR editó en 2008, la Red “procura la erradicación de cualquier tipo de violencia de género, la visibilización de la condición social de las mujeres y la igualdad de oportunidades entre varones y mujeres”. Nació en noviembre de 2006, durante el I Encuentro Nacional de Periodistas con Visión de Género, convocado por la Asociación Civil Artemisa Comunicación, en la ciudad de Buenos Aires.
A partir de ese momento se creó una lista virtual, a través de la cual se promovió la horizontalidad, la solidaridad, el compromiso, la organización y la coordinación de acciones entre “pares”.
Esas acciones fueron diversas. Entre otras, cabe mencionarse:

ü  La elaboración de dos decálogos: sobre violencia de género y trata de personas.
ü  La participación en los Foros de Debate del Proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
ü  Encuentros nacionales de la Red: en Buenos Aires, Córdoba, Salta, La Pampa, La Plata y Bariloche.
ü  La articulación con otras organizaciones de la sociedad civil, con movimientos de mujeres y con redes feministas locales, nacionales e internacionales, para incidir en la agenda periodística de los medios de comunicación.

Amanda Alma es periodista de Radio Nacional y desde hace cuatro temporadas conduce el programa El Vahído en FM La Tribu de la Ciudad de Buenos Aires. Es integrante de la Red PAR y feminista. Respecto a los aportes que hace la Red para elevar el tratamiento informativo de las cuestiones de género, sostiene: “Me parece que son esenciales en la difusión de información desde una perspectiva inclusiva. En ese sentido, diría que sin esta mirada inclusiva, no sexista ni estereotipada, hoy se mantendrían fuera de la agenda mucha información sensible para las mujeres y el colectivo de la diversidad sexual. También diría aportó a la forma en que se presentan determinados temas. Si bien es muy común leer, escuchar y ver comentarios machistas, misóginos y trans-lesbo-homofóbicos existe una corrección política que ha elevado el piso desde donde se comunica”.

DEMOCRATICACIÓN DE LA PALABRA
En PAR participan periodistas que trabajan en medios de diversas concepciones: hegemónicos, autogestivos, regionales, oficialistas u opositores. Esa situación, permite una diversidad que enriquece el trabajo en red. En Río Negro hay siete miembros de la Red y a la vez hay integrantes en Neuquén. Ambos conforman la Regional Patagónica, que en septiembre del año pasado organizó el VIII Encuentro Nacional en Bariloche. 
Amanda Alma sostiene que “La Red PAR da un debate sobre la formación profesional dentro de la comunicación y en el periodismo”. “Por eso –agrega–desde diferentes acciones de intervención, participa en universidades, en foros comunitarios y a través de organismos de gobierno en la capacitación de quienes desarrollan la práctica periodística”.
Además, explicita el desarrollo de materiales con pautas claras para el abordaje de información desde una óptica inclusiva: “Tenemos dos decálogos de cobertura de noticias sobre violencia de género y de trata de personas y debatimos cómo abordar los temas de la actualidad sin sensacionalismos”.

-¿Qué cambios generó la implementación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual respecto al discurso sexista?
-Hoy los medios de comunicación tienen obligaciones específicas que impone la Ley, como los contenidos para la infancia y el trabajo para desterrar los estereotipos. Pero una ley no cambia la cultura. La televisión, sobre todo, es un espacio donde las mujeres y todas las identidades no hegemónicas son mercantilizadas, descalificadas y cosificadas. Esto provoca y refuerza la desigualdad. Por eso la constitución de la Defensoría del Público (organismo creado a partir de la ley, a cargo de la periodista Cynthia Ottaviano), como los observatorios de radio y televisión que controlan los contenidos a partir de las denuncias del público, contribuyen a construir audiencias críticas y activas que asumen la responsabilidad de la denuncia como una herramienta para contribuir a la formación de una comunicación sin violencia ni discriminación.
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En su participación en los Foros que debatieron el Anteproyecto de la Ley de Servicios de Comunicación en todo el país, la Red PAR impulsó que se incluyeran dos artículos en el texto. El primero: “El Gobierno Nacional adoptará las medidas que procedan a fin de que los medios de comunicación fomenten la protección y salvaguarda de la igualdad entre mujeres y varones, evitando toda discriminación y transmitiendo una imagen plural, igualitaria y no estereotipada de mujeres y varones”.
Por su parte, el segundo, sostenía: “Respecto a la difusión de informaciones relativas a la violencia contra las mujeres, deberá tenerse especial cuidado en el lenguaje y el tratamiento audiovisual utilizado para emitir estas informaciones, dejando siempre en claro que la violencia contra las mujeres es una violación a su dignidad, su libertad y a los derechos humanos”
Finalmente, en la versión definitiva de la Ley, aprobada en octubre de 2009, las demandas de PAR quedaron parcialmente reflejadas en el Artículo 3 (“Objetivos”), el Inc. m.: “Promover la protección y salvaguarda de la igualdad entre hombres y mujeres, y el tratamiento plural, igualitario y no estereotipado, evitando toda discriminación por género u orientación sexual”.

DECÁLOGOS PARA UN PERIODISMO IGUALITARIO
El “Decálogo para el tratamiento periodístico de la violencia contra las mujeres” tuvo amplia repercusión en el país y trascendió las fronteras: fue traducido al inglés, francés, portugués y árabe.
El material recoge el trabajo colectivo y los aportes realizados por integrantes de la Red y plantea diversas sugerencias para el tratamiento apropiado de la cobertura periodística referida a cuestiones de género. Por ejemplo, en el punto uno, sostiene: “Es correcto utilizar los siguientes términos: violencia contra las mujeres, violencia de género y violencia machista”. En el tres: “Desterramos de nuestras redacciones la figura de «crimen pasional» para referirnos al asesinato de mujeres víctimas de la violencia de género. Los crímenes pasionales no existen”.
El texto fue tomado como base para el proyecto de ley que regula el tratamiento periodístico de la violencia de género en los medios de comunicación del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, según consta en el expediente N° 578-D-09.
En tanto, el "Decálogo para el tratamiento periodístico de la trata y la explotación sexual" fue editado en un cuadernillo por el programa “Memoria en Movimiento” de la Jefatura de Gabinete de la Nación junto con la Fundación María de los Ángeles. En el punto uno, se expresa: “Entendemos por trata de personas el delito que consiste en la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas con el uso de la fuerza u otras formas de coacción, como el rapto, el fraude o el engaño; el abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad; o para la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra para propósitos de explotación. Es fundamental que vinculemos el delito de trata para explotación sexual con prostitución y que, al hacerlo, pongamos en evidencia la trama social, cultural y económica que los relaciona”.

LAS AUDIENCIAS
La Red PAR elabora dichos materiales porque considera que “los medios son actores sociales, políticos y económicos, con un rol fundamental en la construcción de valores, mitos, saberes y con incidencia en la instalación de aquellos temas que se consideran importantes en el imaginario colectivo”.
“Como periodistas –agregan–, reproducimos la cultura de la cual formamos parte. Es así que a través de nuestra labor cotidiana toman estado público muchos casos de violencia de género, y la forma en la cual comunicamos los mismos es determinante en la consolidación de modelos y estigmas”.
Amanda Alma sostiene, además, que desde su perspectiva “el gran desafío es lograr audiencias críticas que desoigan las propuestas discriminatorias y cambien de canal o de dial. Por eso es fundamental que se trabaje sobre las audiencias y sus derechos a tener una comunicación no sexista ni discriminatoria. El trabajo conjunto con la Defensoría del Público y los medios alternativos ayudan en ese camino”.

“También es fundamental el debate de la práctica periodística al interior del colectivo de trabajo ya que ha quedado invisibilizada por los debates sobre la precarización del trabajo. Tras el neoliberalismo, el trabajo periodístico perdió densidad de su contenido social y el desarrollo de la concentración de medios melló la capacidad crítica de este oficio. En ese sentido estoy convencida que hay que recuperar el carácter social de la comunicación, y ahí la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual aporta muchísimo al incorporar la comunicación como un derecho humano”, concluye.


(Publicada en la revista "Al Margen", de Bariloche, edición marzo-abril 2014)