domingo, 5 de febrero de 2012

La vida en Orsai

El proyecto de Hernán Casciari

Un año: eso fue lo que tardó Orsai en pasar de ser una incipiente revista de edición trimestral a un fenómeno editorial que genera entusiasmo, despierta pasiones, multiplica lectores y hasta incluye un bar en San Telmo.

Por Luis Zarranz
La prehistoria de esta historia dice que un día (en todas las historias hay “un día”) el periodista y escritor Hernán Casciari, autor de “Más respeto que soy tu madre” y el narrador virtual más leído en castellano –a tal punto que sus textos impulsaron un nuevo género literario: la blogonovela–, decidió crear un nuevo blog para expresar desde Barcelona, donde está radicado, la sensación de extrañeza y melancolía que le generaba la distancia con su Mercedes natal. 
Aprovechando la jerga futbolera llamó a ese blog Orsai, para significar cómo vivía ese destierro: en posición adelantada, incómoda, inválida.
A partir de sus textos, el blog fue creciendo a velocidad cibernética. En septiembre de 2010 renunció públicamente a todos sus compromisos editoriales (con la editorial Random House Mondadori, el diario La Nación y El País, de España) disconforme con el método rapaz de estas empresas.
El paso siguiente, entonces, fue crear, junto a su hermano Chiri Basilis (el término amigo no les alcanza), la revista Orsai con un lema anti intermediarios: “Nadie en el medio”, y una lógica innovadora: decidieron hacer una publicación que “les gustaría leer”, convocando a interesantísimos narradores e ilustradores, con un diseño cuidadoso, excelente calidad de papel y sin ningún tipo de aviso publicitario.
De antemano, sin saber cuál iba a ser su contenido 10.080 lectores del blog (de todo el mundo) compraron la revista a ciegas, sabiendo, eso sí, que una vez que estuviera en la calle podría descargarse gratis por internet. A pesar de eso, decidieron pagar el equivalente al valor de quince diarios del sábado en cada país.
Para hacer más interesante la cosa, Casciari y el “Chiri” imprimieron sólo 10.080 ejemplares de ese primer número: los que habían dicho que estaban dispuestos a pagarla. Ni un ejemplar más. El sistema de distribución les dijo bye bye a los intermediarios: los propios lectores distribuyeron la revista comprando packs de 10 ejemplares, lo que propició que se encontraran en sus casas y en las plazas y se conocieran: la comunidad virtual surgida a partir del blog se encarnó en lo real, si es que existe la distinción entre ambos universos.
Además, en ese primer número, cada ejemplar traía un señalador numerado para participar del sorteo. ¿El premio? Una grande de muzzarella de la pizzería de “Comequechu”, el pizzero/amigo que Hernán exportó de Mercedes al lado de su casa en Barcelona. La letra chica del concurso, por primera vez en la historia, fue a favor del cliente: incluía los gastos de viaje y hospedaje (cuatro días), de la persona ganadora y un acompañante para retirar el premio “viva donde viva”. Tanto delirio transformó el proyecto en un suceso editorial, y en algo más que le dio sustento: contagiar pasión y entusiasmo.
Del otro lado del océano, Hernán Casciari, pulsa “Enviar” en su casilla de correo para responder algunas preguntas: “Orsai está en las antípodas del boom. Sí creo que es un proyecto al que mira de cerca mucha gente relacionada con la cultura y con la industria cultural, porque propone algunos cambios que a muchos le encantaría que ocurriesen, y que otros preferirían que fracasaran”.

-¿Cómo paradigma, ves “trasladable” la experiencia de Orsai a otros espacios?
-El sistema se puede trasladar sólo si se cuenta con una comunidad que ha sido alimentada durante años con contenidos honestos. No es un sistema viable ni para advenedizos, ni para codiciosos, ni para charlatanes de feria.

Esa comunidad fue creciendo a partir de sus posts que, semana a semana, propician un espacio de encuentro e intercambio entre habitantes de todo el globo. Entre otras creaciones, así, colectivamente, se gestó Orsai Bar, en San Telmo, que incluye picadas mercedinas, pizzas de “Comequechu” y funciona cada vez más como un espacio de encuentro.
El bar, el blog, la editorial (ya publicó “Cuadernos Secretos”, de Horacio Altuna –con un contrato inédito en la historia de la industria editorial–, y “Charlas con mi hemisferio derecho”, de Casciari): cualquiera de los proyectos del mundo Orsai carecerían de sentido si la revista fuera un bluff. Pero, aleluya, la revista es, a la vez, una publicación exquisita: crónicas, narrativa, cuentos, historietas y entrevistas que echan por tierra el mito de que “la gente” ya no lee revisas con artículos extensos.

-A tu criterio, ¿La narrativa vive un momento de esplendor?
-Yo diría que la comunicación vive un momento único. Hay más literatura en los mails privados que en las librerías.

-La revista seguirá saliendo, pero con variantes, ¿cómo será?
-Orsai en 2012 será bimestral y tendrá muchísimo más contenidos humorísticos, gráficos y de historieta. Ya no tendremos autores invitados y diferentes cada número, sino un staff elegido milimétricamente, que nos acompañara todo el año.

Dos mundos
A fines del año pasado, Casciari se hizo eco del caso de la escritora Lucía Etxebarría. La autora había afirmado: “Dado que se han descargado más copias ilegales de mi novela que copias han sido compradas, anuncio que no voy a volver a publicar libros”.
“Existe, cada vez más, un mundo flamante en el que el número de descargas virtuales y el número de ventas físicas se suma; sus autores dicen: ‘qué bueno, cuánta gente me lee’. Pero todavía pervive un mundo viejo en el que ambas cifras se restan; sus autores dicen: ‘qué espanto, cuánta gente no me compra’”, escribió en el blog de Orsai.

-¿Qué cosas ayudarían a parir ese nuevo mundo?
-Entre estos dos mundos hay un gravísimo conflicto y solo uno pervivirá. Las fuerzas necesarias para que perviva el más noble es desentenderse radicalmente del mundo codicioso, no darles ni conversación. Una de sus mejores armas —quizá la única— es el conflicto. No hay que entrar allí. Debemos ser generosos e indiferentes hasta las últimas consecuencias.

-En ese sentido, ¿cómo pueden contribuir los lectores?
-Apostando. Divirtiéndose. Difundiendo. Asumiendo un compromiso cultural que no pase (esta vez) por la pedantería de la falsa inteligencia. Lo único que hay que demostrar es que leer, dibujar, escribir, sacar fotos, pintar, son maravillas que no tienen precio ni tienen dueño.

www.orsai.bitacoras.com

(Publicada en la revista "¡Ni un paso atrás!", febrero 2012)

Un viaje histórico a la tierra de Néstor


Las Madres en Santa Cruz

Viajaron a Río Gallegos para conocer más a un “prócer de la época” y para sellar un “juramento de fidelidad con Néstor Kirchner”. Aquí, la inolvidable marcha en la Plaza San Martín y todas las actividades que realizaron durante su visita a la capital provincial.

Por Luis Zarranz
En sus obras, en las calles, en el recuerdo de quienes lo conocieron, en los jóvenes, en la escuela a la que asistió, en su despacho de la Municipalidad de Río Gallegos, en los militantes, en los centros deportivos que construyó, en el café del Hotel Santa Cruz, en la marcha en la Plaza San Martín: las Madres se encontraron con Néstor Kirchner en cada uno de esos lugares y en esos rostros que lo mantienen vivo.
Ni bien el vuelo de Austral aterrizó en la capital santacruceña y las Madres comenzaron a colocarse el pañuelo blanco sobre sus cabezas, el aire comenzó a poblarse de esa sensación que acontece en los momentos históricos: un registro que se instala en la retina y que provoca que todo se impregne con la certeza de estar ante un momento bisagra.
En el aeropuerto, un grupo de jóvenes esperaban a las trece integrantes de la Asociación que habían decidido viajar para “conocer a un prócer de nuestra época” y sellar un “juramento de fidelidad con Néstor Kirchner”, el mismo que sellaron con sus hijos al decidir no abandonarlos nunca, no aceptar su muerte y no negociar su sangre.
Allí, el dirigente de La Cámpora y diputado provincial Matías Bezi les dio la bienvenida a la “tierra de Néstor”. “Es un gran honor poder contar con la presencia de ustedes. Son una gran parte de la historia de nuestro país”, expresó emocionado.

Día 1
Pocos minutos después de arribar, las Madres ya estaban participando de su primera actividad: una charla (más que eso, un encuentro entre compañeros) en la primera unidad básica que La Cámpora abrió en el país.
Las Madres entraron despacio, como una brisa suave, y fueron recibidas con un mar de aplausos, fuertes y contundentes como el viento patagónico. Militantes, vecinos y hasta turistas desbordaron el local de la agrupación para compartir la actividad.
La encargada de colar palabras por entre la emoción no fue otra que la presidenta de la Asociación, Hebe de Bonafini: “No solamente tenemos que ver dónde nació San Martín o Belgrano. Tenemos un héroe, un patriota, que hizo algo único que es de esta época”. Dijo eso, con lágrimas contagiosas que empezaron a multiplicarse en el rostro de las Madres y de los jóvenes. Hebe tiene la capacidad de, cuando llora, hacer llorar a los demás, incapaces de sostener un gesto firme ante su emoción.
“Pueden decir lo que quieran pero nosotros nos negamos a creer que a un revolucionario se lo puede encerrar en una tumba. Nuestros hijos no están muertos, Néstor no está muerto y no está encerrado en ninguna tumba. Por eso venimos acá”, sostuvo.

Día 2
Las Madres tuvieron un día intenso de actividades. Primero, con un recorrido por el primer estudio jurídico de Néstor, la casa de sus abuelos, la sede del Ateneo Juan Domingo Perón, donde comenzó su actividad política, y la gobernación. Luego, visitando la Escuela Provincial N°1, a la que asistió el ex presidente.
Acompañadas por la ex diputada nacional Rita Drisaldi, amiga y compañera de Néstor en sus estudios primarios, recorrieron el gimnasio y las aulas. Allí conocieron múltiples anécdotas que perfilaban a un joven rebelde y emprendedor.
Del colegio, la delegación de Madres, compuesta por integrantes de Buenos Aires, Mar del Plata y Tucumán, se dirigió al Hotel Santa Cruz, en cuyo bar “Lupín” solía mantener encuentros políticos. Además recorrieron algunas de las obras que se realizaron en sus gestiones como intendente y gobernador provincial.
Cuando planificaron el viaje, las Madres pensaron en recorrer por afuera los sitos por los que había transcurrido la vida de Kirchner. Jamás imaginaron que los recorrerían por dentro. El viaje ya era más de lo que habían pensado. Los jóvenes que las recibieron habían armado un itinerario interesantísimo, de alto contenido político.
Por la tarde, el intendente de Río Gallegos, Raúl Cantín, recibió a las Madres, junto a secretarios y concejales, en el histórico despacho que ocupó Kirchner al frente de la Municipalidad local durante su gestión entre 1987 y 1991. “Ésta es la casa de ustedes, desde acá Néstor partió y llevó  a nuestra querida Argentina al lugar donde está”, las recibió el Intendente. Además, les regaló un cuadro con una frase y foto inédita de un Néstor en edad escolar.
Tras visitar la Municipalidad, recorrieron otras obras emblemáticas de las gestiones de Néstor: el Conservatorio Provincial de Música, el Hospital Regional Río Gallegos, la rotonda Cardenal Samoré, y el imponente Polideportivo Boxing Club. Luego, pasaron por algunos de los barrios populares de la ciudad, epicentro de su actividad política. Allí, estuvieron en la segunda unidad básica que La Cámpora tiene en Río Gallegos. Por último, luego de pasar frente a la casa familiar donde vivió con Cristina y Máximo antes de que naciera Florencia, visitaron su monumento, en el barrio Del Carmen, donde fueron reconocidas por la agrupación “Los muchachos peronistas”.

Día 3
El punto máximo de un viaje histórico: las Madres no marchan, por primera vez en su historia, en la Plaza de Mayo. Protagonizan una marcha memorable en la Plaza San Martín de la capital provincial.
Trece Madres (Hebe De Bonafini, Hebe de Mascia, Mercedes de Meroño, Celia de Prosperi, Evel de Petrini, Ana de Kierznowicz, Visitación de Loyola, Josefa de Fiore, Rosa de Camarotti, María Rosa de Palazzo, Sara de Mrad, Irene de Molinaria, Ángela de Tasca) encabezaron la movilización acompañadas de cientos de jóvenes y personas de distintas edades, algunas llegadas especialmente desde Buenos Aires.
En el suelo, los jóvenes de La Cámpora habían decorado la Plaza con una pintada, hecha en medio de la lluvia, con el pañuelo blanco y la fecha: “19 de enero de 2012. Madres de Plaza de Mayo”, como una manera de resaltar ese día histórico.
En su discurso, la Presidenta de la Asociación se refirió a Néstor: “Nos dejó un país para que nosotros, con nuestra responsabilidad, lo cuidemos y lo hagamos crecer lenta, pero inexorablemente, hacia lo que querían nuestros hijos”.  En otro tramo, sostuvo: “Vos no estás muerto. Estás cada vez más vivo en cada uno de los pibes que están llevando esta política increíble nacional y popular. Vivís ahí, como viven nuestros hijos. A un revolucionario no hay tumba que lo encierre. Nos vamos a llevar un poquito de tu viento”. “Néstor nos devolvió la patria y Cristina la está defendiendo y nosotros tenemos que ser responsables de acompañarla”, remató entre aplausos y cánticos.
La Plaza era una fiesta. Como cada jueves, pero a 2.635 kilómetros de Plaza de Mayo.
Para celebrar su estadía, fueron invitadas a un asado multitudinario donde cada Madres recibió una tarjeta con la convocatoria que los jóvenes habían hecho por la ciudad para la marcha en la Plaza. Además, les obsequiaron un álbum con fotos inéditas de distintos momentos de la vida de Néstor, y una bandera de La Cámpora con un pañuelo blanco añadido, simbolizando la unidad en la acción que habían llevado a cabo en el viaje.

Día 4
Las Madres van a la casa de la madre de Néstor, María Juana Ostoic, con quien comparten el desayuno y diversas anécdotas referidas al ex presidente. Conversan en un clima fraternal.
Lentamente, el viaje llega a su fin. Río Gallegos no es la misma tras la visita de las Madres. Así lo comprueban los diarios, los canales locales (que cubren la estadía con respeto, profesionalismo e interés) y los ciudadanos que las acompañan en distintas partes de su itinerario.
De vuelta al avión para recorrer el camino del regreso hay un sonido más potente que las turbinas. Viene de lejos y es una estrofa de una canción, profundamente corporizada durante el viaje: “Néstor no se murió / Néstor no se murió / Néstor vive en el pueblo / la puta madre que lo parió”.
El avión despega. Y, ahí, se da una maravillosa paradoja: las Madres se llevan un poquito del espíritu de Néstor a Buenos Aires y dejan un poquito del de ellas en Río Gallegos.

(Publicada en la revista "Ni un paso atrás", febrero 2012)