domingo, 18 de mayo de 2008

¿Quién es Aldo Leporatti?


Aldo Leporatti es el CEO de Porter Novelli, empresa subsidiaria de una compañía de marketing y comunicación líder a nivel mundial. Este hombre, contratado por Botnia, realiza todo tipo de operaciones de prensa para cuyo fin no escatima ningún medio. El hombre del “todo vale” intenta persuadir a la sociedad que Botnia no contamina y que trabaja para el medio ambiente. Un disparate que contamina el sentido común.

   La Universidad de Belgrano tiene el olor de las cosas ricas: huele bien, como a recién estrenado. Todo parece estar en perfecto orden: cada cosa en su lugar. Ninguna voz levanta el tono más de lo normal, y si lo hace, lo hace con estilo, con clase. Es imposible no sentirse ajeno en un lugar así, sobre todo cuando los propios pasos parecen retumbar como un bombo furioso en el largo pasillo: firmes, rotundos, desubicados...
   Uno no sabe por qué, con tanta comodidad a su servicio, en sitios así no alcanza a sentirse a gusto. Está claro: es problema de uno. Sepan disculpar
   Porter Novelli es una de las empresas más grandes de Relaciones Públicas en todo el mundo. La firma, que cuenta con compañías afiliadas y propias en los principales mercados y en todos los continentes, fue fundada en Washington en 1972. Actualmente ofrece sus servicios a través de 100 oficinas ubicadas en 60 países. En Argentina, su director es Aldo Leporatti, un “gurú” de la comunicación estratégica y las relaciones con la prensa.
   Por tales antecedentes este hombre fue convocado a participar de las Jornadas sobre "Medios de Comunicación, Ética y Responsabilidad Social" que organizó la Universidad de Belgrano, los recientes 15 y 16 de abril.
   Leporatti expuso media hora en el panel sobre “La comunicación Institucional y las Relaciones con la Prensa”. Y allí, una vez más, hizo lo que sabe hacer: manipular las opiniones con el objetivo de favorecer los negocios de sus clientes: en este caso, la finlandesa Botnia.
   La pastera contrató los servicios de Porter Novelli para que se encargara de mejorar su imagen corporativa, que se encuentra por el piso. Como no hay manera de lograr ese objetivo apelando a la verdad, Leporatti utiliza otras herramientas: miente, extorsiona, organiza fabulosas operaciones de prensa e intenta desprestigiar a los asambleístas entrerrianos.
   Nada nuevo, digamos. Nada que otros no hagan. Nada que no haya hecho antes: en la década de los noventa, Leporatti fue uno de los encargados de hacerle creer a la sociedad argentina que las privatizaciones que el menemismo auspiciaba eran imprescindibles y los negociados corruptos, un mal menor.
   Aldo Leporatti armó las campañas que con notable éxito lograron instalar el paradigma privatizador como solución a los pésimos servicios estatales. No sólo eso: logró que quien se opusiera a ellas, sea visto como un abogado del atraso. Las privatizaciones se hicieron, los negociados que eran parte de ellas, también: los resultados están a la vista.

Contamina
   En su actual rol de operador de Botnia, son varios los medios –que nunca interesan tanto, si el objetivo se cumple– que este hombre utiliza para su fin. La exposición en la Universidad de Belgrano, en efecto, fue otro espacio para ir ganando conciencias: “¿Les podemos creer a algunos por el hecho de ser asambleístas mientras acusan a Botnia constantemente por no brindar información, cuando en realidad la ofrecemos?”, sostuvo en su intervención.
   La información que brinda Botnia jamás enumera las consecuencias que su funcionamiento generó en Finlandia y en los lugares donde funcionó, donde fue devastadora para todo lo que se considere un ser vivo.
   La empresa esconde el Tratado Bilateral que firmaron Uruguay y Finlandia y que Botnia puso como condición para instalarse: ese acuerdo, que entre otras cosas impide la nacionalización y expropiación de la planta y reclama compensaciones por cualquier motivo que la empresa se considere perjudicada, es tan leonino que la palabra “salvaje” no alcanza a definirlo.
   ¿Generan información? Botnia generó conmoción en Uruguay cuando informó su instalación en Fray Bentos: prometió miles y miles de puestos de trabajo. Lo que jamás informó es que luego de la construcción de la planta sólo unas docenas de uruguayos trabajarían allí. El resto, son europeos.
   La consultora canadiense Ecometrix, que realizó para el Banco Mundial (BM) un trabajo sobre la pastera, informó que la planta finlandesa utiliza 13 químicos peligrosos –la mayoría de los cuales son llevados a la fábrica por barco– y destacó que, en el largo plazo, generará 150 toneladas anuales de residuos tóxicos. Sr. Leporatti, ¿no tuvo nada que informar a la prensa en ese instante? ¿Por qué?
   El 23 de noviembre del año pasado, seis estudiantes y una maestra de Fray Bentos fueron asistidos tras sentir náuseas causadas por emanaciones de la pastera. La empresa informó que los olores "no generan ni generarán ningún impacto negativo en la salud". ¿Y los chicos atendidos, Leporatti? Los chicos no mienten.
   22 días después, el 15 de diciembre, Clarín sostuvo que “cuatro operarios debieron ser internados por irritación en los ojos y en las vías respiratorias. Ocurrió mientras trabajaban con químicos en la torre de purificación de agua de la papelera”. Ni Porter Novelli, ni Leporatti, ni Botnia dijeron nada: silencio de radio.
   La información, queda claro, se esconde: no se habla de los “accidentes” de la plata; que funciona sólo al 15% de su capacidad para no contaminar en demasía antes del fallo de La Haya; que el método que utiliza es dióxido de cloro, uno de los elementos más contaminantes que el hombre puede manipular; y que la empresa se instala en estas latitudes porque en Europa está prohibida por ley desde el año pasado.
   Los ejemplos abundan pero consignar a todos sería no sólo aburrido sino imposible para este formato de nota.: “En el caso Botnia hay intereses económicos de por medio”, sostuvo Leporatti en la Universidad de Belgrano. El de él está más que claro y no está mal reconocerlo: ¿haría el mismo trabajo si no le pagaran?
    Las declaraciones que Leporatti hace en cada una de las universidades a las que es invitado no son, a esta altura de los hechos, lo más grave. Para tener una mejor comprensión habría que separar cada una de sus “estrategias”. Podría hablar de lo beneficioso de usar papel de envoltorio, o de la solvencia de una empresa cuyos fondos son garantizados por el Banco Mundial. Eso la posicionaría muy bien frente a la “comunidad internacional”. Pero no. Leporatti escoge otros caminos...

Operaciones de Prensa
   El 30 de enero de este año Clarín –cuyo jefe de editores, Ricardo Roa sostuvo que el diario tenía “postura tomada en el conflicto” – publicó en su portada que los asambleístas utilizaban unas credenciales para decidir quién pasaba, y quién no, por el corte de ruta sobre Arroyo Verde y que, como se trata de una ruta que va al Uruguay, estaban emitiendo credenciales como si fueran un Poder estatal.
   La información, que el matutino extendió en su tapa todo lo que pudo, tenía detrás la estrategia de Leporatti para desprestigiar a los vecinos de Gualeguyachú. La asamblea distribuye las tarjetas "vecinalístas" desde hace ya un año a los colonos que viven y trabajan entre el corte y la frontera, con la finalidad de no demorarlos.
   Las credenciales eran vox populi, y tenía conocimiento de su existencia hasta el gobernador entrerriano, a quien no se puede acusar de Asambleísta. No eran noticia para nadie. Leporatti y Clarín quisieron que sí, no para informar sino todo lo contrario: para desinformar y generar opiniones negativas en Buenos Aires, donde los cortes son herejes (salvo que sean con cacerolas de teflón).
   Previa a esa burda estrategia, Leporatti organizó el viaje de algunos periodistas argentinos a la planta de Botnia en Fray Bentos. Viajaron periodistas de Clarín, La Nación, Página/12, Canal 9, la agencia DYN, El Diario de Paraná, El Argentino, el Día de Gualeguaychú y periodistas de Concepción del Uruguay: 37 hombres de prensa en total.
   El objetivo era mostrar que la planta funcionaba a todo vapor, superando los más exigentes estándares ambientales: una puesta en escena impecable. Las crónicas fueron tan poco críticas como creíbles. (A la semana de la visita murió un obrero de la planta, pero ya no había periodistas para registrarlo). 
   En ese viaje, el gerente de Botnia se negó a tomar el agua que la empresa vierte al Río Uruguay y que aseguraba no estar contaminada. Aldo Leporatti sí se animo a hacerlo. No tenía opción: era eso o el papelón universal.

Extorsiona
   Desde no hace mucho tiempo, circulan distintos correos electrónicos, entre los asambleístas y sus círculos cercanos, que desprestigian a varios referentes de este movimiento social, a periodistas locales y a ciudadanos de Gualeguaychú. El objetivo, obvio, es romper el tejido que los entrelaza.
   El autor de estos e-mails se desconoce pero su autor intelectual es tan fácil de imaginar que ni hace falta mencionarlo. Hay testigos, por su parte, que pueden afirmar que Leporatti les reconoció que recopilaba información sobre cada uno de los asambleístas pero “por ética” no los utilizaba.
   Los alumnos uruguayos que reciben los libros que Botnia envía a las escuela para intentarlos convencer de su función social en Uruguay tienen ahora un ejemplo ético concreto.
   Sr. Leporatti ¿Para qué se recopila información sobre una persona si no es para usarla en algún momento? ¿Para qué reúne esa información? Su función es mejorar la imagen de Botnia, no desprestigiar la de quienes se oponen a su funcionamiento.
    
   Las Jornadas sobre "Medios de Comunicación, Ética y Responsabilidad Social", ¿no serían más interesantes si en vez de hablar de ética se la aplicara?
   Jaque al Rey pretendió hacerle éstas y otras tantas preguntas a Aldo Leporatti durante su exposición pero la Universidad de Belgrano se encargó de dejar en claro que las preguntas eran sólo por vía escrita, lo que negaba toda posibilidad de respuesta, de repregunta y de libre ejercicio periodístico. La UB huele a perfume pero algo dentro suyo huele a podrido.
   No es éste el mejor ejemplo de Relación Institucional con la Prensa, eje del panel en el que participó Leporatti. Los tópicos de la Jornada sobre Medios, Ética y Responsabilidad Social, estuvieron en otro lado, tal vez a 280 kilómetros de distancia en una ciudad llamada Gualeguaychú.
   La próxima vez que quieran hablar de Ética y Responsabilidad, sería bueno que las inviten. 

(Publicada en el sitio "Jaque al Rey", 18 de mayo de 2008)

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