lunes, 5 de diciembre de 2011

Una locura nada difícil de imaginar

X Congreso Internacional de Salud Mental y DD.HH

Del 17 al 19 de noviembre, Córdoba recibió al Congreso de Salud Mental que año a año organizan las Madres. Por primera vez fuera de Buenos Aires, se convirtió en una posibilidad maravillosa para compartir y abordar miles de experiencias fascinantes

Por Luis Zarranz
Imaginate que son las doce del mediodía y que hace mucho calor. Imaginate que estás en Plaza General San Martín, pleno centro de Córdoba capital, y que el sol cae sobre tu cabeza como una guillotina. Imaginate que en la plaza hay cinco grandes carpas y que estás dentro de una de ellas.
Sentí cómo se concentra el calor, cómo sube la temperatura, cómo empezás a transpirar, cómo el cuaderno te sirve de abanico, como se te escurre el poco aire fresco que alcanzás a sentir.
A todo eso sumale que dormiste poco porque venías extenuado del día anterior y que sin embargo no estás fastidioso, estás feliz, estás contenta.
Ponele que estás escuchando una charla en la que, ponele, está hablando Hebe de Bonafini o Gabriel Mariotto o los jóvenes que impulsan la implementación de la nueva Ley de Salud Mental. U otro expositor, ponele el nombre que quieras. Cambiá figuritas. No importa: el resultado es el mismo.
Te acomodaste y mirás alrededor y ves que hay diez, cincuenta, cien, doscientas personas como vos que también eligieron estar ahí. Cantidad de gente a la que le calienta mucho más lo que allí se dice que lo que el calor provoca.
Desde esa incomodidad, que es cero al lado de la que, en ciertas ocasiones, te ubica el sistema, parás el oído, tomás nota, compartis experiencias, tejés lazos, pedís la palabra y combatiste la cordura paralizante y sumisa que te diría que corras para escapar del sofocón.
Si ya te imaginaste toda la escena, no estás sólo dentro de esa carpa. Estás adentro del X Congreso Internacional de Salud Mental y Derechos Humanos que organizó la Asociación Madres de Plaza de Mayo.
Tres días. Diez actividades simultáneas cada hora y media, cada jornada, de 9 a 21 horas. Miles de jóvenes yendo y viniendo revolviendo idiomas, tonadas, prácticas, abordajes, dispositivos, propuestas, luchas, esperanzas, sueños.
Ves el ir y venir de pibes, programa en mano, preguntando si tal charla se realiza en esa carpa o en el Cabildo, en una de las puntas de la Plaza. Lo ves a Alfredo Moffat brindando una conferencia, escuchas a las fábricas recuperadas contar su experiencia, ves jóvenes conscientes de su protagonismo; en eso te cruzas con una mesa en la que los que hablan son los estudiantes chilenos que mientras luchan por la educación pública le están dando una clase de dignidad y resistencia a la sociedad de su país. Los ves participando del I Encuentro Latinoamericano por el Derecho a la Educación, en el marco del Congreso.
Pasa la hora, te metés en otra carpa y sos parte del II Foro Internacional de Niñez y Adolescencia, del Foro de Diversidad y Género, o del de Salud Colectiva y Derechos Humanos: todas semillas regadas y florecidas en el seno del Congreso.
No hay problema si entre tantas cosas te volvés loco porque, como dijera Hebe en la apertura: “No queremos abolir la locura sino los loqueros”. Volvete loco, nomás, si después de todo fueron unas pocas “locas” las que se atrevieron a dar vuelta la historia y, mirá qué loco, fueron paridas por sus hijos.
Te lo reafirma, en una de las mesas, Leonardo Gorbarch, ex diputado y autor de la Ley de Salud Mental 26.657: “La militancia de las Madres parió la democracia, un gobierno popular y la Ley de Salud Mental”. “Este Congreso es la victoria de los lazos solidarios”, te sopla Inés Vázquez, la rectora de la Universidad Popular para que te des cuenta porqué corno no te importa el calor. Cada lazo es como un ventilador que te refresca, te contagia, te sostiene y te ventila.
Hebe suelta su genio y te dicta: “La Presidenta lo ha dicho: somos 40 millones de locos. Así que le pido que apruebe la Ley porque si no los 40 millones podemos terminar en el Borda”.
Imaginate todo eso, todo ese entusiasmo militante. Imaginate cómo te parte la cabeza oír hablar sobre las experiencias desmanicomializadoras; las radios que funcionan como dispositivos de salud mental; el festival musical en honor a las Madres que está ahora arriba del escenario; la primer marcha de las Madres en la plaza principal de Córdoba; la murga que te dice que bailar y sonreír hace a la salud mental; imagínate cada una de las veces que sentiste nombrar cómo la lucha te libera y te activa.
Si de verdad pudiste imaginarte toda esta locura, entonces de alguna manera fuiste parte del X Congreso de Salud Mental. Y si no, tranqui: el año que viene tenés revancha en Tucumán.
Hay quienes sostienen que cualquier observador, por el mero hecho de ser testigo, influye en la realidad que está observando, la altera, la modifica. El próximo Congreso tendrá lo suyo porque estarás vos. Imaginate

(Publicada en la revista "¡Ni un paso atrás!", diciembre 2011)

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