viernes, 5 de noviembre de 2010

Un golpe al Golpe

“Quién dijo miedo. Honduras de un golpe”

Katia Lara es una cineasta hondureña y la directora de un impecable documental que narra con precisión y contundencia el Golpe de Estado en su país y la épica del pueblo en resistencia. Estrenado mundialmente en Argentina, donde reside como exiliada, pudo ser exhibido en Honduras al cumplirse un año de aquella irrupción que derrocara a Zelaya. Aquí, brinda detalles sobre su trabajo y la situación en su país.

Por Luis Zarranz
-¿Cómo fue el proceso de realización del documental?
-El primer acto del documental da cuenta del ambiente previo al Golpe de Estado a través de un seriado de ficción que Presidencia de la República estaba pautando en la televisión nacional para promover la consulta popular conocida como “Cuarta Urna”, que fue el pretexto de la oligarquía para dar el Golpe. Nuestra empresa, terco Producciones, estaba produciendo estos contenidos. Nuestro trabajo se volvió tan popular que nos convertimos en amenaza. Fuimos víctimas de un asalto a mano armada: nos obligaron a entregar todo nuestro equipo: cámaras, computadoras y archivos. El Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) calificó el asalto como un hecho político y lo vinculó a la visita que, con el pretexto de solicitar servicios, nos hiciera meses antes el Sr. Billy Joya (fundador del escuadrón paramilitar 3-16 en los años ochenta y posterior ministro asesor de seguridad del gobierno de facto de Roberto Michelleti)
Después del Golpe comenzaron las amenazas hacia mí y dos actores del seriado: Xenia y René (se narran en el filme). El Ejército y la Policía nos quitaron dos cámaras dedicadas al documental, ambas mientras cubríamos la represión. Tres veces debimos mudarnos de lugar de trabajo. En diciembre, tres miembros del equipo decidimos dejar el país para asegurar las 150 horas de material que teníamos registradas y editar en condiciones más normales. El trabajo de post producción del documental se realizó en Buenos Aires durante seis meses, contando con muchísima solidaridad de personas e instituciones, y con el apoyo del INCAA.

-¿Cómo lograron captar tan puntillosamente las imágenes en medio de la censura, la represión y la balacera militar?
-Con terquedad, diría yo, haciendo honor al nombre de “terco Producciones”. Salimos a cubrir desde el primer día Carlos (guatemalteco), Andrés (argentino) y yo. Estábamos confundidos y temerosos. Nos peleábamos por cualquier cosa y todo nos asustaba. Con el pasar de los días, como el resto de hondureños y hondureñas en resistencia, nos fuimos acostumbrando a la incertidumbre, a los escudos de la policía, las tanquetas, los militares armados, los funerales, las bombas lacrimógenas, la sangre, los entierros, los toletazos… Por otro lado, igual que otros sectores, nos unimos de forma inédita: colegas cineastas que en otra circunstancia no se hubiesen sumado (por eso de las disputas en los gremios) respondieron de inmediato y nos apoyaron prestándonos equipos, cubriendo en zonas o momentos donde nosotros no podíamos, pasándonos material, avisándonos cuando sucedía algo importante. Así surgió una hermandad muy grande. Todos y todas estábamos en lo mismo. Por otro lado, al estar integrada al equipo de comunicaciones del Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado, tuve la confianza de los compañeros y compañeras: eso nos permitía trabajar “protegidos” y entrar a lugares donde otras cámaras no llegaban.

-¿Cuáles son los efectos más serios que dejó en la sociedad la dictadura de Micheletti?
Violaciones a los derechos humanos: asesinatos, presos políticos, detenciones ilegales, allanamiento a medios de comunicación, etc; un estado en bancarrota: se gastaron los fondos del ALBA, incluso los de las jubilaciones de los maestros y salarios de los empleados del Estado; desempleo; despidos injustificados, especialmente a miembros de la Resistencia; ingobernabilidad; impunidad; el poder militar por encima del poder civil, entre varios otros.
También debemos rescatar su contracara: un nuevo espacio de organización, participación, formación política y movilización: “El Frente Nacional de Resistencia Popular” (FNRP); un trabajo sostenido de denuncia de las violaciones a los derechos humanos a través de la Comisión de Verdad; nuevos sectores organizados: jóvenes y artistas, por ejemplo; una red humana a nivel nacional surgida de la necesidad de responder al bloqueo y la represión; un pueblo que reconoce el momento histórico y está dispuesto a seguir luchando por la Asamblea Nacional Constituyente. Además los cómplices del sistema han tenido que dar la cara. Ahora sabemos “quién es quién” con más claridad.

-¿Cuáles fueron, a tu criterio, las razones para que se haya gestado el Golpe de Estado?
-El miedo de la oligarquía a perder su hegemonía y el de los norteamericanos a perder el control sobre un territorio que le es útil para el negocio del narcotráfico y su escalada armamentista (bases militares) Ese miedo poco a poco se fue personificando en Zelaya a través de varias acciones como cuestionar al FMI, aprobar (el día de la toma de posesión) la ley de participación ciudadana; proponer que la base militar norteamericana de Plamerola, en Comayagua, se convierta en un aeropuerto civil; el aumento histórico al salario mínimo; la adhesión al ALBA; licitar la compra de petróleo; etcétera: demasiado para nuestra oligarquía prehistórica y para los intereses hegemónicos de los gringos.

-¿Qué recorrido ha realizado el documental desde su estreno?
-No he parado de viajar para exhibir la película, sobre una red tejida por la solidaridad y con la sorpresa de encontrarme siempre con la sala llena y muchas preguntas para responder. Comenzamos en Buenos Aires y La Paz simultáneamente el 7 de junio y luego seguimos por Chile, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Francia, Alemania, Bélgica. Llegamos a Honduras para el aniversario del Golpe, el 28 de junio. Ese día tan esperado fue muy emocionante: la gente no veía el documental, ¡lo vivía!, no podías escuchar el sonido, que cada vez subíamos más, porque los compañeros y compañeras –que venían de una marcha– gritaban las consignas, insultaban a los golpistas, lloraban, se reían, comentaban… fue muy emocionante. Ese día a la noche repetimos la presentación al aire libre, cerrando un evento cultural de Artistas en Resistencia. Al día siguiente salimos a otras ciudades y el plan se cumplió muy bien. Yo he seguido viaje: varias presentaciones en México, Estados Unidos. Además el documental ha viajado acompañado de René Amador (el protagonista) quien ahora vive exiliado en Madrid. Últimamente se ha presentado en varias ciudades de Australia y en Austria y recién comenzamos la segunda etapa de difusión, que serán los Festivales, comenzando por el Biarritz. Más allá de los premios, esperamos que mucha gente del mundo pueda seguir enterándose de lo que está pasando en Honduras.

-¿Qué implicancias personales tuvo la realización del documental?
-Dicen que “lo que no mata, engorda”. Obviamente siempre habrá un antes y un después del Golpe en la vida de todos los hondureños y hondureñas, vivamos o no en el país. En mi caso particular tengo que comenzar una nueva vida. Nuestra empresa ha recibido un revés muy fuerte. Estábamos a punto de inaugurar una escuela de formación audiovisual para jóvenes, desarrollando hermosos productos vinculados a nuestra memoria audiovisual, y mi ópera prima de ficción… todo eso se fracturó. También mi vida personal ha cambiado radicalmente, entonces realizar este documental ha implicado arriesgarlo todo. Debo admitir que tengo miedo de volver a Honduras y también me da mucha tristeza el hecho de que nuestra empresa ha sido desmembrada y que tengo que volver a comenzar. Por eso he decidido radicarme en Buenos Aires por un tiempo. Tengo una situación migratoria favorable: “precario de refugiada política” ante CONARE y espero conseguir un trabajo y/o seguir desarrollando mis proyectos desde acá. Seguiré trabajando en “Artistas en Resistencia” y coordinando actividades en el extranjero con la comisión de “trabajo internacional” del FNRP y con mi próximo proyecto documental, “Tierra Colorada” que hace un paralelo entre la existencia de bases militares norteamericanas en mi país y la lucha por la tierra.

+Info

(Publicada en la revista "Sueños Compartidos", noviembre 2010)

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